lunes, 8 de noviembre de 2010

Y qué si hoy no ha amanecido soleado?


Siempre que huele a verano, se que tarde o temprano va a llegar..., ya ha llegado :

el día que huele por primera vez a invierno.

El día que huele a tristeza deseada, a suelo y tierra mojada y a leña verde ardiendo en una casa cualquiera en la que arrojan indiscriminadamente palomitas al microondas para después, sentarse a ver las pelis sin anuncios de la 1Tve.

Y aquí estoy, sentada en la orilla de mi huelga de sonrisas y mis ganas de estar en el exterior, como si de un animal acorralado se tratase mi existencia, para dejarme llevar por millones de palabras que flotan de una neurona a otra, haciendo conexiones realmente extrañas, retorcidas, ingeniosas, tristes, impactantes, indiferentes, insustanciales...sordas. Todas sordas porque no me apetece hablar, me cuesta trabajo que me apetezca que me entiendan, ser esclava de la necesidad de comprensión social, de estar bien tirando a mejor, porque joder, hoy no me he levantado dando un salto mortal, ni he desayunado de la hostia, hoy me he levantado con el moño torcido y quería que lo supierais, pero eh, os sigo queriendo igual, mis pequeños impulsores ascendentes de las comisuras. La primera sonrisa, va dedicada a vosotr@s.

Uy espera, una manita se acerca y me toca por detrás...

Os dedico la segunda, va.